Mejorar la Seguridad y la Productividad en el Laboratorio

Por qué es Esencial una Correcta Distribución de Gases para Optimizar el Funcionamiento del Laboratorio

Wouter Pronk, ingeniero jefe de campo, Swagelok

Imagine que es un técnico de laboratorio. Al realizar las pruebas o análisis previstos, se acerca a un punto de uso de un gas concreto. Activa un mecanismo para obtener el gas que necesita, pero el caudal y la presión son más bajos de lo que deberían ser.

Esto es un problema, por muchas razones posibles:

• No se puede confiar en la exactitud de la prueba que está realizando, y es posible que no pueda seguir adelante con ella.
• El diagnóstico para encontrar el origen y solución del problema llevará tiempo y dinero, y es difícil decir cuánto
• Si una fuga está causando estos problemas de caudal, también podría haber un problema de seguridad relacionado, lo que hace que sea una prioridad máxima solucionarlo.

Independientemente de la ubicación de su laboratorio—dentro de un centro de investigación, una refinería química o cualquier otra planta industrial—estas consecuencias pueden tener un impacto significativo en las operaciones locales. También ponen de manifiesto la importancia de mantener un suministro de gas constante y fiable en los puntos críticos de uso.

Más información sobre la distribución de gas Swagelok

El personal y la dirección del laboratorio tienen muchas prioridades importantes en el día a día, y la distribución de gas no suele ser la primera de la lista. Sin embargo, un sistema de distribución de gases bien diseñado puede desempeñar un papel importante en la constancia, la precisión, la productividad y la seguridad necesarias en cualquier entorno de laboratorio. Aquí hay algunas razones:

Todos los Gases Suponen un Riesgo Potencial

Algunos gases tienen más potencial de riesgo que otros. Los gases venenosos o nocivos—el amoniaco, el dióxido de azufre y el cloruro de hidrógeno, por ejemplo—constituyen un riesgo inmediato para la seguridad del laboratorio en caso de fuga. La exposición directa a cualquiera de estos gases es muy peligrosa y debe evitarse por encima de todo.

Sin embargo, es importante recordar que todos los gases tienen el potencial de crear un riesgo de seguridad si se escapan de su sistema de distribución. El oxígeno o el hidrógeno, por ejemplo, pueden ser altamente combustibles si entran en cantidad suficiente en la atmósfera de su laboratorio o planta. El nitrógeno que fuga de un sistema puede desplazar los niveles de oxígeno atmosférico, creando un entorno potencialmente peligroso en un espacio cerrado. Los gases más pesados, como el propano y el butano, pueden caer y acumularse en cavidades y recintos de nivel inferior, creando riesgos de explosión.

Dado que los gases como el oxígeno, el hidrógeno y el nitrógeno no siempre se tratan con los mismos niveles de precaución que los gases nocivos, es posible que en un laboratorio se produzcan pequeñas fugas sin que los operarios se den cuenta. Esto representa un peligro para la seguridad, en primer lugar. Pero el gas que se escapa también es gas desperdiciado y puede suponer un coste económico importante.

¿Cómo se asegura que todos los gases se tratan con el nivel de precaución adecuado en sus instalaciones? Una evaluación profesional es una forma eficaz de identificar fugas desconocidas, así como de descubrir estrategias de diseño del sistema de distribución que pueden ayudar a maximizar la seguridad.

Presión y Caudal: Crítico para su Productividad

Aunque no siempre es indicativo de un peligro para la seguridad, unos niveles inadecuados de presión y caudal de gas en el laboratorio pueden afectar a su capacidad para realizar las tareas de laboratorio con la mayor eficacia y precisión posibles. Por ejemplo, unos niveles bajos de presión y caudal pueden limitar el número de pruebas que puede realizar en un período de tiempo determinado. También pueden comprometer la funcionalidad de su equipo de pruebas.

Con frecuencia, niveles deficientes de presión y caudal tienen su origen en la ineficacia del diseño del sistema. Un ejemplo clásico es el diseño de sistemas excesivamente complejos, en los que se incluye un número desproporcionado de válvulas o reguladores para controlar la presión en su recorrido desde la fuente hasta el punto de uso. Un buen diseño de sistema de distribución de gas incorpora el menor número de válvulas y reguladores necesarios para satisfacer la demanda del usuario en el punto de uso. Recuerde que "más" no es igual a "mejor" en todos los casos.

En el caso de un diseño excesivamente complejo, también es habitual que el coste de las válvulas o reguladores adicionales se compense con la selección de líneas de transferencia de gas más pequeñas. Una combinación de válvulas suplementarias y líneas más pequeñas puede limitar mucho la presión y el caudal máximos disponibles en el punto de uso, limitando así la productividad de las pruebas en el laboratorio. Además, la selección de líneas más pequeñas a priori limitará el caudal máximo del sistema, lo que puede causar problemas si sus necesidades cambian.

Una vez más, una evaluación profesional puede ser beneficiosa en este caso. Los especialistas en distribución de gas pueden ayudar a identificar las áreas de mejora del diseño, ayudándole a alcanzar los requisitos deseados en el punto de uso sin limitar artificialmente la presión y el caudal si necesita aumentar los niveles en el futuro.

¿Está interesado en saber más sobre cómo mejorar su sistema o cómo una evaluación profesional puede aportar ventajas a su laboratorio? Contacte con nuestros especialistas en distribución de gas para hablar de sus retos y obtener información sobre cómo construir sistemas de suministro de gas fiables.

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